¿Y si jugamos?

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Diana Alvarado Montalvan

    Nosotros utilizamos mucho el mordedor como refuerzo positivo cuando entrenamos con Jagger Rally obedience o detección, incluso socialización, en el centro al que vamos. Pero lo que nos hemos dado cuenta es que en estas ocasiones él prefiere el refuerzo de la comida al del juego. Puede jugar 3 o 4 veces con el mordedor y después se cansa y ni siquiera lo mira. Yo veo en el centro a perros (sobretodo collies) que se mueren por jugar con sus mordedores y Jagger pasando. Nos hemos planteado que es posible que sea porque no lo motivamos lo suficiente pero el caso es que en casa es todo lo contrario. Una de sus formas de demandar atención es con cualquier juguete (no el mordedor que utilizamos en el centro, ese no lo tiene a su alcance en casa, solo cuando entrenamos allí), nos lo trae y nos pide que juguemos a tira y afloja con él, y le encanta. Pero solo en casa.
    Me cuesta entender eso.

    1. Campus Fer

      Bueno. Esto es interesante y tiene una explicación. Está bien que lo comentes porque enlaza muy directamente con mi otro programa soy perro, en donde se trabajan estas bases. Es decir, esto se aborda más claramente en soy perro

      En primer lugar, lo que pasa en casa es que hay menos distracciones, entonces él está más cómodo y tiene más capacidad para entrar a jugar con el mordedor.

      En casa el mordedor también tiene más valor para él, inconscientemente has transferido más valor al mordedor en casa que en el ambiente del centro. El valor de algo se transfiere, y también a ambientes. Si tú le das comida a un perro en un sitio en concreto durante repetidas veces, pues ese sitio acaba teniendo mucho valor para el perro.

      Para que el mordedor también tenga valor para Jagger en cualquier otro sitio, podrías hacer una transferencia (esto se explica al detalle en una lección del programa soy perro): presentarle en el centro comida a Jagger, alejarse un poco con él e intentar que juegue un poco al mordedor. Si lo hace, aunque sea una mordida suave, te lo llevas corriendo a donde dejaste la comida y dejas que la coja. Con el tiempo, el valor que tiene la comida para Jagger en el centro se acabará transfiriendo también al mordedor y le motivará más morder.

      Tampoco jugaría 3 o 4 veces con él hasta el punto de que se canse. Este tipo de juegos tienen que ser muy explosivos, dejar al perro siempre con ganas. Si muerde una vez intensa, pues se para el juego y se retira el mordedor. Si alguna vez en el centro habéis jugado hasta tal punto que Jagger desconectó del juego, pues eso provocó una desmotivación por morder. Parar de jugar siempre en ese preciso momento que vemos a Jagger muy motivado por el juego, nunca más tarde.

      Y lo último habría que analizar también el tipo de mordedor, elegir uno que de verdad le vaya bien a la boca de Jagger, o tener uno más fino o más motivante para él con el que jugar en el centro.

      Yo creo que ahora ya entiendes un poco mejor lo que puede estar pasando.

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